domingo, octubre 22, 2006

El dilema del exilio político cubano.

© Ángel Luis Martínez Acosta
Especial para Bitácora Cubana.

El exilio político cubano se ha ganado el respeto de una parte importante del pueblo cubano y de otros países a lo largo de todos estos años de enfrentamiento en contra de la dictadura de Fidel Castro independientemente de sus errores, insuficiencias o fracasos. Porque gracias a su labor y a su constancia, el mundo tiene hoy una visión más exacta de lo que ha significado y significa realmente para Cuba la autocracia que nos desgobierna.

Tanto la revolución como el propio exilio han sido hijos de su tiempo en cuanto a tácticas, métodos y contenidos en una época convulsa marcada por el enfrentamiento entre los Estados Unidos y la ex-Unión Soviética en el marco de la denominada "guerra fría", así como los diversos conflictos internacionales de las últimas décadas. Esta coyuntura internacional dejó su impronta en la alineación de fuerzas en el campo cubano de forma tal que mientras el gobierno cubano se alineaba al lado de las fuerzas comandadas por la ex-URSS, el exilio cubano, abandonado a su suerte, encontraba apoyo en los Estados Unidos.

El sentimiento anti-yanqui que durante años ha marcado las relaciones entre los Estados Unidos y América Latina -desde el Río Grande y hasta el Río Bravo- tuvo un motivo más de exaltación con el triunfo revolucionario cubano y la aplicación de un plan de Fidel de monopolizar el protagonismo absoluto de dicho enfrentamiento erigiéndose en portavoz de los anhelos de los países latinoamericanos.

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